El sol resplandeciente de Centroamérica es un activo cada vez más valioso para muchas empresas de la región. Este él es caso de la planta hondureña Embotelladora de Sula, que en poco tiempo tendrá uno de los más grandes proyectos fotovoltaicos sobre techos en esta parte del mundo.
La nueva planta, ubicada
en el despejado San Pedro Sula, a tres horas de Tegucigalpa, Honduras, es uno
de los primeros proyectos fotovoltaicos a gran escala en este país, demostrando
así el potencial de las energías renovables, reduciendo así la huella de
carbono de las empresas y a su vez aumentando su competitividad.
Los precios de energía en
Centroamérica suelen ser más altos que en otros lugares, debido a la importación
de combustibles fósiles lo cual representa un 45% de la fuente de producción energética para la región. Para los países que generan su electricidad a partir del petróleo, la
volatilidad de los precios dificulta la planeación a mediano o largo
plazo.
Ninguna empresa por sí
sola solucionaría los problemas energéticos de un país ni mucho menos resolver
los retos que presenta el cambio climático a nivel regional. Debido a los
esfuerzos provenientes del sector privado y público, la capacidad fotovoltaica en
Centroamérica se puede multiplicar hasta diez veces más durante el próximo año.
El BID en alianza con el Fondo Nórdico
de Desarrollo (FND), han creado un fondo de 50 millones de dólares con el fin de apoyar a empresas de la región a mejorar su eficiencia energética reduciendo con esto su dependencia del petróleo gracias a las energías renovables. Según el
tamaño del proyecto, el fondo tiene la facultad de otorgar préstamos directos que oscilan entre
500 mil hasta 5 millones de dólares con el objetivo de financiar el costo de un
proyecto energético. El programa brindara a su vez asistencia técnica para
evaluar las necesidades y analizar los costos y beneficios de las tecnologías.
En el último año, el BID ha apoyado auditorias energéticas y estudios de factibilidad en decenas de empresas centroamericanas determinando cuáles serían las soluciones más idóneas. Para una empresa agrícola en Costa Rica que genera un gran volumen de desechos orgánicos, se determinó que el convertir el material disponible en un biocombustible era una opción viable. En otros casos, el mejor escenario para una empresa puede pasar por simplemente reducir sus gastos energéticos instalando nuevos equipos o modernizando los modos de producción.
La Embotelladora de
Sula funcionara exclusivamente con el sol, junto con medidas de eficiencia, para ahorrar energía.
Dentro de pocos días, el BID extenderá un préstamo para el proyecto al Grupo
Corinsa, dueño de la planta.
Esta instalación moderna "que embotella refrescos, jugos y agua purificada, 24 horas al día y 7 días a la semana" inició un proyecto solar piloto hace más de un año y está por ampliarlo de manera significativa. Aunque la energía solar no puede ser la única solución para una planta que opera las 24 horas, tiene un impacto económico importante. cuando finalice la instalación de los paneles solares, se cubrirán 34.000 metros cuadrados del techo y se producirán 3 megavatios de energía eléctrica, cifra suficiente para suministrar el 20% de su consumo total de energía eléctrica.
Los avances tecnológicos han hecho que las energías renovables sean cada vez más atractivas. Muchas veces se puede recuperar la inversión inicial dentro de cuatro o cinco años, mientras que los beneficios se extienden a largo plazo.
En Centroamérica, se
tiene prevista la instalación de aproximadamente 550 MW de energía solar por
año hasta el 2018.
Solamente en Honduras, durante el tercer trimestre del 2014, se añadió un total de 72MW.
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