Cuando el ingeniero
inglés Peter Garman invento en la década de los 80 la turbina que lleva su
nombre y la probó como herramienta de riego en la rivera del Nilo, nunca
imagino que varias décadas después, otra persona fuera a ser capaz de mejorarla
para las exigencias climáticas y las características propias de los ríos en las
zonas aisladas de Colombia.
El invento salto del
océano y sirvió de inspiración al joven ingeniero colombiano Miguel Borbón para
crear una turbina tipo Garman “tropicalizada” la cual se encuentra sumergida
desde el 2011 en el río Muguindó abasteciendo de energía a la pequeña localidad
Calahorra, en el departamento del Choco, corazón de la selva tropical colombiana.
Debido a esta innovación,
las personas de este pueblo han dejado de depender de una pequeña planta
térmica, alimentada por el combustible que les suministra el Gobierno. Al anochecer,
esta diesel planta proporcionaba 2.400 vatios de potencia eléctrica para cocinar,
tejer yo fabricar artesanía cuando su funcionamiento lo permite. Pero si el diesel
no llega, deben recurrir a velas y quemadores de queroseno, peligrosos y
contaminantes.
El sistema de turbina
de río diseñado por el equipo de Borbón, conocido como Acuavatio, brinda
suficiente energía para satisfacer las necesidades básicas de alumbrado
diario, en una forma limpia y barata. Según el creador, el sistema ofrece “una alternativa de microconsumo” a la
población ribereña que agrupada en pequeños núcleos de no más de 10 ó 20
familias aprovechar un recurso sostenible: el caudal los ríos de la zona como
el que en el caso de Calahorra, es el Muguindó.
El Acuavatio es capaz
de aprovechar la corriente fluvial de aproximadamente un metro por segundo para
proveer al pueblo entre 250 y 400 vatios de potencia eléctrica. Cifras menores
que las ofrecidas por el generador térmico, pero con una constancia de energía asegurada.
El Acuavatio, inspirado
en un prototipo inicial de Garman llamado Aquacharger, está compuesto por un
rotor con tres palas que se sumerge en el río, donde la energía cinética del
agua las hace girar. Tal y como explica el joven, el rotor mide 1,8 metros de
diámetro y está hecho de fibra de vidrio tomando como referencia el perfil
aerodinámico de un aerogenerador convencional de eje horizontal.
La energía obtenida se
transfiere a un generador eléctrico a través de una caja de transmisión y desde
allí se distribuye a las viviendas del pueblo. Actualmente, la fuerza de la
turbina se utiliza para proporcionar energía eléctrica, pero Borbón evalúa la
posibilidad de acoplar a este eje giratorio otros mecanismos, para generar frío
para una nevera, y una motobomba para extraer agua del río.
El joven ingeniero afirma
que varias organizaciones intentaron poner en funcionamiento turbinas de este
tipo pero no han podido acondicionar los equipos mecánicos y eléctricos al
clima que impera en la zona, con temporadas de fuertes lluvias en invierno y
largos veranos que modifican en varios metros la profundidad del río.
Como hay componentes
eléctricos y mecánicos del Acuavatio que no pueden estar sumergidos en el agua
(los piñones de la caja de transmisión y el generador); y además, las palas del
rotor necesitan al menos 2,5 metros de agua para no topar contra el lecho,
Borbón resolvió construir un balsa donde ubicar los primeros que sirve, para
realizar labores de mantenimiento. “Permite
que el rotor se mueva con las crecidas y bajadas, y si éstas últimas son muy
grandes, se puede retirar la máquina arrastrándola hacia la orilla para
protegerla”, afirma el ingeniero.
La balsa se ancla a la
orilla mediante un cable de acero y se accede a ella mediante un pequeño
puente, una “adecuación operativa” que da facilidades para que la propia
comunidad pueda manipular el Acuavatio. “Pueden
ponerlo en el río sin necesidad de la gran infraestructura que requieren otras
turbinas existentes en el mercado”, afirma Borbón.
Borbón estudió
Ingeniería Electrónica en la Universidad de los Llanos (Colombia) y en 2007 inicio
trabajos para la firma de energías renovables Aprotec. En esta firma, iniciaron
el desarrollo del Acuavatio con recursos de la propia empresa hasta que, en
2009, lograron financiación externa tras ganar el premio de innovación en
materia de energía IDEAS II. En el año 2012, el proyecto fue incluido
como Desarrollo de Interés Nacional en el Catálogo IDEASS de Maloka y el PNUD, instituciones
que les apoyaron en la “sociliación de la
aplicación”. El joven ingeniero recuerda que conocieron la convocatoria a
través de la ONG ITDG, y decidieron presentarse con el fin de “desarrollar la turbina, sacarla del
escritorio y ponerla en el río”.
Borbón coordinó la
construcción de los componentes así como el desarrollo de la electrónica. Actualmente,
es el gerente técnico de Aprotec así como el encargado del contacto con la población
de Calahorra para propósitos como el seguimiento de la adopción y uso de la
máquina en esta comunidad. Aparte de velar por el optimo funcionamiento así
como verificar el terreno de mejoras o repuestos que son necesarios, a su vez
se está creando un sistema de prepago por la electricidad que genera el
Acuavatio con el que hacer el sistema económicamente sostenible en el contexto
de la localidad.
El director del Grupo
de Física de Altas Energías de la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia,
Carlos Arturo Ávila, miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores
menores de 35 ha resaltado el “alto
impacto” del proyecto de Borbón y apunta que la innovación de su proyecto
radica en la capacidad para “llevar la tecnología a donde no la hay”; en
tanto la componente de emprendimiento en su trabajo es “el esfuerzo que requiere implementar la tecnología en regiones remotas”