viernes, 20 de febrero de 2015

Turbina Colombiana que innova con fuente hidria.







Cuando el ingeniero inglés Peter Garman invento en la década de los 80 la turbina que lleva su nombre y la probó como herramienta de riego en la rivera del Nilo, nunca imagino que varias décadas después, otra persona fuera a ser capaz de mejorarla para las exigencias climáticas y las características propias de los ríos en las zonas aisladas de Colombia.

El invento salto del océano y sirvió de inspiración al joven ingeniero colombiano Miguel Borbón para crear una turbina tipo Garman “tropicalizada” la cual se encuentra sumergida desde el 2011 en el río Muguindó abasteciendo de energía a la pequeña localidad Calahorra, en el departamento del Choco, corazón de la selva tropical colombiana.
Debido a esta innovación, las personas de este pueblo han dejado de depender  de una pequeña planta térmica, alimentada por el combustible que les suministra el Gobierno. Al anochecer, esta diesel planta proporcionaba 2.400 vatios de potencia eléctrica para cocinar, tejer yo fabricar artesanía cuando su funcionamiento lo permite. Pero si el diesel no llega, deben recurrir a velas y quemadores de queroseno, peligrosos y contaminantes.

El sistema de turbina de río diseñado por el equipo de Borbón, conocido como Acuavatio, brinda suficiente energía para satisfacer las necesidades básicas de alumbrado diario, en una forma limpia y barata. Según el creador, el sistema ofrece “una alternativa de microconsumo” a la población ribereña que agrupada en pequeños núcleos de  no más de 10 ó 20 familias aprovechar un recurso sostenible: el caudal los ríos de la zona como el que en el caso de Calahorra, es el Muguindó.

El Acuavatio es capaz de aprovechar la corriente fluvial de aproximadamente un metro por segundo para proveer al pueblo entre 250 y 400 vatios de potencia eléctrica. Cifras menores que las ofrecidas por el generador térmico, pero con una constancia de energía asegurada.

El Acuavatio, inspirado en un prototipo inicial de Garman llamado Aquacharger, está compuesto por un rotor con tres palas que se sumerge en el río, donde la energía cinética del agua las hace girar. Tal y como explica el joven, el rotor mide 1,8 metros de diámetro y está hecho de fibra de vidrio tomando como referencia el perfil aerodinámico de un aerogenerador convencional de eje horizontal.

La energía obtenida se transfiere a un generador eléctrico a través de una caja de transmisión y desde allí se distribuye a las viviendas del pueblo. Actualmente, la fuerza de la turbina se utiliza para proporcionar energía eléctrica, pero Borbón evalúa la posibilidad de acoplar a este eje giratorio otros mecanismos, para generar frío para una nevera, y una motobomba para extraer agua del río.

El joven ingeniero afirma que varias organizaciones intentaron poner en funcionamiento turbinas de este tipo pero no han podido acondicionar los equipos mecánicos y eléctricos al clima que impera en la zona, con temporadas de fuertes lluvias en invierno y largos veranos que modifican en varios metros la profundidad del río.

Como hay componentes eléctricos y mecánicos del Acuavatio que no pueden estar sumergidos en el agua (los piñones de la caja de transmisión y el generador); y además, las palas del rotor necesitan al menos 2,5 metros de agua para no topar contra el lecho, Borbón resolvió construir un balsa donde ubicar los primeros que sirve, para realizar labores de mantenimiento. “Permite que el rotor se mueva con las crecidas y bajadas, y si éstas últimas son muy grandes, se puede retirar la máquina arrastrándola hacia la orilla para protegerla”,  afirma el ingeniero.

La balsa se ancla a la orilla mediante un cable de acero y se accede a ella mediante un pequeño puente, una “adecuación operativa” que da facilidades para que la propia comunidad pueda manipular el Acuavatio. “Pueden ponerlo en el río sin necesidad de la gran infraestructura que requieren otras turbinas existentes en el mercado”, afirma Borbón.
  
Borbón estudió Ingeniería Electrónica en la Universidad de los Llanos (Colombia) y en 2007 inicio trabajos para la firma de energías renovables Aprotec. En esta firma, iniciaron el desarrollo del Acuavatio con recursos de la propia empresa hasta que, en 2009, lograron financiación externa tras ganar el premio de innovación en materia de energía IDEAS II.  En el año 2012, el proyecto fue incluido como Desarrollo de Interés Nacional en el Catálogo IDEASS de Maloka y el PNUD, instituciones que les apoyaron en la “sociliación de la aplicación”. El joven ingeniero recuerda que conocieron la convocatoria a través de la ONG ITDG, y decidieron presentarse con el fin de “desarrollar la turbina, sacarla del escritorio y ponerla en el río”.

Borbón coordinó la construcción de los componentes así como el desarrollo de la electrónica. Actualmente, es el gerente técnico de Aprotec así como el encargado del contacto con la población de Calahorra para propósitos como el seguimiento de la adopción y uso de la máquina en esta comunidad. Aparte de velar por el optimo funcionamiento así como verificar el terreno de mejoras o repuestos que son necesarios, a su vez se está creando un sistema de prepago por la electricidad que genera el Acuavatio con el que hacer el sistema económicamente sostenible en el contexto de la localidad.

El director del Grupo de Física de Altas Energías de la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia, Carlos Arturo Ávila, miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 ha resaltado el “alto impacto” del proyecto de Borbón y apunta que la innovación de su proyecto radica en la capacidad para “llevar la tecnología a donde no la hay”; en tanto la componente de emprendimiento en su trabajo es “el esfuerzo que requiere implementar la tecnología en regiones remotas


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